Fuente: Barcos a Motor
Soluciones prácticas
Pequeña, práctica y muy flexible se presenta la Saver 650 Open. En sus 6,60 metros de eslora encontramos cierto ingenio y soluciones novedosas, a pesar de pertenecer a un mercado-el de las menores embarcaciones open- casi saturado en lo que a nuevas ideas se refiere y donde casi todo está inventado. Un programa atractivo y sencillo no hace más que aportar un importante valor añadido a la embarcación que, gracias a estos dos aspectos, pone al alcance del gran público el programa náutico diurno.
Tras más de diez años en el mercado nacional con el astillero Saver y una más dilatada experiencia con otras marcas, Marina Center sigue aportando nuevos modelos a su extensa gama de embarcaciones representadas.
Esta lancha abierta, con dos bañeras y consola lateral, ofrece un programa de navegación diurna para paseos litorales, y no contempla otra posibilidad que embarcarnos algunas horas para disfrutar de la navegación, eso sí, a pleno rendimiento. Por este motivo se aprovechan todos los volúmenes para el uso al aire libre y poder así planificar agradables días de navegación con un máximo de siete personas a bordo.
Embarcar, arrancar los motores y zarpar es la filosofía de la embarcación, simplificándolo todo al máximo. Se trata casi de llegar, hacer una comprobación rutinaria y largar amarras para disfrutar del mar, nuestro litoral, la navegación más sencilla pero completa y, sobre todo, la compañía que embarquemos.
Navegación
Simple y eficaz resulta la navegación en esta pequeña motora, siendo estos valores imprescindibles en unidades que en muchas ocasiones son las elegidas para iniciarnos en el mundo de la náutica.
En el día de la prueba encontramos las mejores condiciones para navegar en estos modelos, con sol, ausencia de viento y mar pleno. Tres personas a bordo, el depósito de combustible al máximo de su capacidad y el de agua vacía suponían el montante del peso embarcado. Por su parte, la motorización elegida para la ocasión fue un fueraborda Jonson de 140 CV de potencia, acercándose a la menor potencia recomendada y muy lejana a los 225 CV que podemos llegar a instalar.
El puesto de pilotaje resulta adecuado para conducción sentado, si bien para pilotaje alzado es menos acertado al carecer de un apoyo móvil que acomode nuestra posición. Navegando solos notaremos nuestra carga en estribor dada la gran sensibilidad a los pesos de la unidad, debiendo optar por centrarnos un poco y , en el caso de navegar acompañados, deberemos colocar a la tripulación de forma adecuada para el mejor asentamiento.
La velocidad al ralentí es de es de unos perfectos 1,6 nudos a 700 vueltas, ideales para nuestras primeras maniobras y para coger confianza con la motorización. Además, el nivel sonoro es realmente bajo, con tan sólo 59 decibelios.
El tiempo para alcanzar el planeo es de 6 segundos, mientras que para acercarnos a una cota cercana a la velocidad máxima precisamos invertir 20 segundos. En una primera aproximación alcanzamos los 27,6 nudos para, trimando a conciencia, llegar a los 29,2 nudos a 5.200 rpm y con una sonoridad de 83 decibelios. Sin embargo, no alcanzamos más vueltas ni mayores rendimientos, por lo que concluimos que el paso de la hélice era demasiado pequeño y que con uno superior sí lo hubiéramos conseguido. La velocidad de crucero puede situarse, con total tranquilidad, en unos 22 nudos a 4.000 revoluciones.
La carena mostró una buena adaptación a un medio tranquilo, permitiendo realizar viradas y contraviradas a una razonable velocidad sostenida de 16 nudos. La V profunda en proa se mostró efectiva al cruzar respectivamente nuestra propia estela y la estabilidad lateral durante el giro y al salir del mismo para enfilar otro rumbo también es correcta.
Distribución
A la sencillez en la navegación cabe sumar la buena distribución en los exteriores. Sin grandes variantes respecto a otras embarcaciones diurnas, dado que una corta eslora tampoco da para grandes modificaciones, podemos afirmar que los elementos comunes con otras muchas unidades parejas destacan por un nivel superior de utilización. El patrón ocupa cómodamente la parte central de la embarcación, encontrando en la ya citada consola central su acomodo. Un acompañante también puede utilizar dicho espacio y beneficiarse de las buenas dimensiones y consecuente protección del parabrisas.
El tránsito entre popa y popa se realiza por un pasillo lateral a babor y para tal menester podemos afirmar nuestro paso sobre le perfil inox del parabrisas.
Tanto la bañera de proa como la de popa son flexibles y pueden adaptarse a diferentes situaciones. Ambos espacios pueden montar una mesa frente a sus asientos, mantenerse despejados o montar un solárium, que en el caso de popa resulta de adquirir un acolchado opcional. Sin embargo, la mesa es de uso compartido y, por tanto, lo que no podremos hacer es instalar simultáneamente dos mesas o dos soláriums.
En la zona de proa se ha ubicado un asiento semicircular que nace en el frontal de la consola para finalizar una vez recorrido el perímetro del casco. En el centro de este inacabado círculo se puede instalar la mesa o el solarium, desmontando el soporte de la misma. Así conseguiremos el ansiado espacio de sol que a buen seguro demandarán los amantes del aletargamiento veraniego.
En popa el despiece es parecido, aunque en este caso el asiento en L desde el espejo de popa hasta el costado de babor y hacia proa. En la última fracción encontramos una agradable sorpresa, nada frecuente en una unidad de 6,60 metros: un fregadero bajo el acolchado, que permite una mínima pero siempre agradecida posibilidad de limpieza a bordo.
La estiba ha cobrado un importante protagonismo y se reparte en dos grandes cofres en proa, otro generoso volumen en L bajo los asientos de popa y uno más bajo el puesto del piloto. Se cuenta además con los interiores de la consola pera pertrechar los elementos de mayor volumen, como pueden ser los suplementos acolchados, la superficie y pie de la mesa fuera de uso o el obligado material de seguridad.
*Pubicado en la Revista Barcos a Motor en el Nº94, mes de Enero de 2007.